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Reseña a «La creación del patriarcado» en KAOS EN LA RED

La mitad del cielo escribe la historia
Por Iñaki Urdanibia

«Una obra fundamental tanto desde el punto de vista histórico como del de la emancipación fenemina»

Durante mucho tiempo han sido los varones quienes han escrito la Historia, mientras que las mujeres han permanecido ausentes y silenciadas como que nada hubiesen hecho en la marcha de la humanidad, una mitad del cielo – o algo más- muda; la historia de los grandes hombres. En los últimos años, no sin dificultades, la historia de las mujeres ha ido cobrando presencia, no solo en los ambientes feministas sino que también han entrado en el ámbito académico; «las mujeres son parte esencial y central en la creación de la sociedad, son y han sido siempre actores y agentes en la historia. Las mujeres han “hecho historia”, aunque se les hay impedido conocer su Historia e interpretar tanto la suya propia como la de los hombres. Se las ha excluido sistemáticamente de la tarea de elaborar sistemas de símbolos, filosofías, ciencias y leyes…» No hace falta ni decirlo pero esta historia de las mujeres tiene una gran importancia como base o complemento de la lucha de las mujeres por sus emancipación, amén de ser de mera justicia que la visión de lo que sucede, de lo que construye la humanidad sea narrada por toda ella, y si se tercia que hay muchos hombres que quedan fuera de la historia de las hazañas, aun siendo cierto, no son excluidos a causa de su sexo, sino por su pertenencia de clase . Paradigmática en este combate por abrir brecha femenina en ese filón es Gerda Lerner ( 1920-2013), mujer que habiendo huido, de niña, del nazismo acabó en Estados Unidos en donde se comprometió en luchas sindicales, se implicó en el activismo social, participando en sus últimos años en el movimiento Occupy, a ello, obviamente, se ha de añadir su lucha en las filas del feminismo, actividad que desarrolló igualmente en las aulas universitarias, siendo pio era en ese terreno, y en su publicaciones, como esta destacada « La creación del patriarcado» que ahora, a finales del año pasado, rescata con acierto la iruindarra Katakrak; la obra publicada originalmente en 1986 se tradujo cinco años después al castellano, siendo publicada por Crítica.

La cita que he transcrito está tomada de esta obra, que con absoluta sinceridad y la guía de la verdad, puede y debe considerarse como una obra mayor del continente Historia; trabajo que a ella le llevó ocho años y que pensaba haber ampliado en otros volumen, que no pudo realizar, ya que en la medida en que avanzaba en el estudio y profundización del tema el horizonte se amplía y arrastraba a la ensayista . La historiadora nos conduce al cuarto milenario antes de nuestra era , y allá en Mesopotamia se detiene para mostrar los primeros rastros de la dominación masculina sobre las mujeres, para luego en posteriores pasos ir llegando hasta la Grecia clásica, momento clave en lo que hace al asentamiento de la ideología patriarcal.

Lerner propone exponer los diferentes pasos guiándose por distintas metáforas que son las que van a dar título a cada uno de los capítulos; metáforas tomadas fundamentalmente de las mentalidades mesopotámicas, que luego serían completadas con la hebrea, la griega, etc. Visiones que sería conveniente ampliar, en opinión de la autora, a otras horizontes culturales como las árabes, las egipcias y las europeas. Esto no quita para que ella mantenga que el estudio realizado sostiene una hipótesis de aplicación universal, a pesar de lo que ella no trata de imponer su estudio como teoría general aplicable en todas las zonas y/o geografías. Y con tales premisas y con algunas metáforas que proponen mirar con los dos ojos ( “ doble perspectiva”) en vez de con uno – no solo referido al ojo masculino y al femenino , sino también a la pluralidad de relaciones de las mujeres que no han de plegarse a los roles asignados en razón del género-, y amplia la visión más allá que la proporcionada habitualmente por la masculina, buscando aprehender las cuatro dimensiones, y la asunción de los papeles que se han de mantener en el escenario, al igual que en una obra teatral en la que no pueden faltar algunos de los personajes; destaca de todas maneras, la tardanza que se ha dado por parte de las mujeres en detectar el papel subalterno que se les ha otorgado en esta pieza, según los deseos masculinos, que recorre la historia de la humanidad…Con todos estos avisos para navegantes, comienza la travesía.

Once capítulos componen la peregrinación en la que seguinos a Gerda Lerner, que tras presentarnos en los dos primeros capítulos su posicionamiento ideológico y su hipótesis de trabajo, acerca de las causas y el origen de la subordinación femenina, concluyendo- en disputa con diferentes antropólogos- que antes del surgimiento de la propiedad privada y las clases sociales los hombres se adueñaron de la capacidad sexual y reproductiva de las mujeres , convirtiéndolas en mercancía y en moneda de cambio , haciendo que ellas estuviesen en la base del surgimiento de la propiedad privada. Los análisis e hipótesis visitadas / defendidas toman apoyo en diferentes teóricos de lo humano y lo social( O.Wilson, Marx, Engels, Freud, Lévi-Straus, Bachofen, Simone de Beauvoir, Aaby, Meillassoux…y en algunas utilizaciones del darwinismo) y en sus estudios sobre las comunidades agrícolas y de cazadores, la patrilinealidad , las imaginada matrilinealidad, que muestra su dominancia en las sociedades, en las que ya aparecía la división de trabajo no solo teniendo en cuenta las diferencias biológicas sino también las jerárquicas…y la supuesta aparición de los Estados arcaicos , que ya dejaban ver el poder de algunos hombres sobre otros hombres y sobre todas las mujeres. Y es tras estas derivas por las distintas especulaciones teóricas que nos colocan en el terreno de los posibles orígenes y ante las distintas teorías en litigio o complementariedad -verdaderas lecciones de psicología, evolucionismo, sociobiología y antropología-, cuando se impone la necesidad de recurrir a la investigación histórica, y a partir de entonces las lecciones de historia toman las apretadas paginas.

En esposa suplente y peón, se constata como en los Estados arcaicos- aparecidas ya las diferencias entre propietarios y la implantación de diferentes elites con las consiguientes diferencias jerárquicas- los asuntos relacionados con la familia patriarcal eran mantenidos desde el Estado con absoluta dedicación. Las primeras formas de urbanización va a suponer la fijación de ciertas estructuras sociales, ante lo que las relaciones de parentesco parecían ser las auténticas perdedoras. La aparición de los signos y símbolos relacionados con actividades comerciales, supuso un salto adelante en la sociedad mesopotámica. Ciertas representaciones escult´roicas dejan constancia de bellas mujeres si bien lo más extendida es la representación de los gobernantes a los que se asociaba con la divinidad. Somos puestos al corriente de diferentes hallazgos arqueológicos, que unto a la conservación de algunos registros económicos dan cuenta del funcionamiento de la sociedad y de la decisiva presencia de la casta sacerdotal. Igualmente se nos pone al corriente de ciertas disposiciones normativas en las que las mujeres son las que peor paradas salen: esclavas, hilanderas, tejedoras…que componían el séquito de los gobernantes, al tiempo que se detecta la importancia de algunas sacerdotisas…siempre de todos modos, el estatus y las funciones de las mujeres fueron fueron en descenso en la medida en que el aparato estatal se complejizaba ( el papel de “suplente” lo muestra a las claras), y las muestras -salvando algunas excepciones principescas- de la subordinación femenina son palpables. Ya estaban absolutamente implantados los mecanismos patriarcales, con anterioridad al asentamiento político-económico de los Estados, en aquellos tiempos en que el tránsito de un estatus a otro era cosa habitual, lo que en breve cedería a cierta ordenación que dejaba marcada la clase de los sujetos, mas la institucionalización de la esclavitud vino a suponer un salto esencial, en los mismos momentos en los que las mujeres parecían tomar conciencia de los papeles que se les asignaban y el significado subordinado de tales .

La esclava plantea la dominación de unos pueblos por otros y el establecimiento de las jerarquías dependiendo de grupos y razas; se abría el terreno del dominio que dentro del propio grupo se cargaba sobre las mujeres, a hombres de otros grupos. . La invención de la esclavitud, qué duda cabe. Supuso un cambio que dejaría su honda huella en el futuro de la humanidad: en los enfrentamientos bélicos, los prisioneros pasaban a ser esclavos, cotizándose sobremanera las esclavas femeninas.

La esposa y la concubina retrata el tiempo en el que se institucionaliza la subordinación de las mujeres por medio de normas jurídicas impuestas por la autoridad del Estado. Quedaba explícitamente reglamentada la dependencia de las mujeres con respecto a la autoridad, y a la fuerza, del padre de familia, y con respecto a las mujeres de clase alta se establecían privilegios y distinciones, entre las cuales entraban las clasificaciones que distinguían entre mujeres respetables y no respetables.

La ley del velo, era la consecuencia de la distinción anterior, era la marca que dejaba patente el estatus de cada cual: así las respetables eran las que estaban unidas a un hombre, mientras que el resto era no-respetable. La situación de dependencia quedaba netamente marcada ya que así como en el caso de los hombres la distinción venía marcada, y determinada, por su relación con los medios de producción ( propiedad o o imperando), en el caso de las mujeres la distinción resultaba dependiente de los vínculos sexuales que mantuviese con un hombre, y del estatus de éste.

Las diosas: a pesar de la abierta, y reglamentada , dependencia sexual y económica de las mujeres con respecto a los hombres, había ciertas figuras de gran prestigio entre las mujeres, al ser consideradas como mediadoras con la divinidad( sacerdotisas, curanderas, videntes, adivinadoras) . Jugaba un papel destacado la capacidad de dar a la luz de las mujeres lo que las convertía en objeto de admiración por parte de los hombres, lo que hacía que fuesen veneradas como verdaderas diosas.

Los patriarcas, el dominio de los gobiernos dominados por tales poderosas diosas tocó a su fin, al sustituírselas por un dios, masculino, que se implantó prácticamente en todo el Oriente Próximo tras la instauración en la zona de una poderosa monarquía con afanes imperialistas. El poder en régimen de monopolio de las diosas en temas de fertilización va a ceder ya que estas debían unirse, de hecho o virtualmente, con los gobernantes, dioses o reyes divinos con lo que tal esfera queda en manos de ta unión. Al tiempo se produce una especialización de las diosas para las distintas actividades, debiendo la diosa madre quedar unida , como esposa o consorte, con el rey principal.

La alianza representa el momento en el que se da un resurgimiento del monoteísmo hebreo que va a poner fin a todos los politeísmos . El Génesis presenta el acto de la creación por parte de un dios todopoderoso, Rey y Señor, en masculino por supuesto, dándose al tiempo una malditización de la mujer como causa del pecado, y en ella va a recaer la culpa y el pecado, que será plasmado en la práctica del sexo sin fines reproductivos. El establecimiento de una comunidad que pone en acto la alianza con Dios, consagra la posición subordinada de las mujeres, a quienes se asigna el papel de madre, única vía para acceder a los favores del altísimo( nada que ver con la NBA).

Símbolos, la desaparición de la mujer como símbolo sublimado, y en relación con lo divino, pasa a ser parte del inconsciente colectivo de Occidente. A ello se ha de sumar la concepción de Aristóteles que consideraba a la mujer como un ser distinto, como un hombre incompleto, y con este bagaje el simbolismo occidental queda marcado de por vida, con lo que el patriarcado queda consolidado con indudable potencia.

La obra concluye con unos apéndices acerca de ciertos términos relacionados con el tema ( opresión, sexo, género, feminismo, emancipación, paternalismo, sexismo, liberación…) que bien sirven a modo de orientadora brújula para moverse por estos pagos teóricos e ideológicos; unas ilustraciones son reproducidas con sus correspondientes explicaciones y una bibliografía realmente exhaustiva. Resultando así la obra recomendable de todo punto de vista, ya que es un arma en la lucha contra la opresión y en pro de la emancipación femeninas.



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