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«Los jacobinos negros» en JUNGE WELT

La revolución haitiana de 1791: El individuo y las masas. A propósito de “Los jacobinos negros" de C. L. R. James

Robert Heinze 27/02/2022

Los libros históricos rara vez tienen una vida media larga. Las perspectivas de la historia cambian constantemente, no solo por el transcurso de la evolución cultural, social y política de las sociedades en las que se escriben. Aún es más destacable cuando un libro se sigue utilizando como referencia después de casi cien años. "The Black Jacobins - Toussaint Louverture and the Haitian Revolution", del historiador y activista trinitense C. L. R. James (1901-1989), es una de esas pocas obras. Publicado por primera vez en 1938, el libro ha sido retomado continuamente a lo largo del tiempo por nuevos movimientos: como correctivo a la historia eurocéntrica del progreso, como análisis del capitalismo colonial y como teoría de la revolución. Los historiadores especializados en el tema también lo han redescubierto una y otra vez.

"Los grandes hombres hacen historia, pero solo la que les es posible hacer. Su libertad de lograr algo está limitada por las necesidades de su entorno. Exponer los límites de éstas y la realización -plena o parcial- de todas las posibilidades es la verdadera tarea del historiador", escribió James en el prefacio de su libro más influyente. Es esta delimitación histórico- materialista de la obsesión contemporánea por los "grandes hombres" lo que hace que su historia de la revolución siga siendo tan actual e importante hoy en día. Ahora ha sido publicada por las editoriales Karl Dietz y B_books en una nueva edición de la traducción alemana de 1984.

Los límites de los derechos humanos

"Los jacobinos negros" es la historia de la revolución haitiana de 1791 a 1804, la única revolución de esclavos que condujo a la creación de un Estado independiente. También es la historia de la economía de las plantaciones de esclavos, su papel en el desarrollo de la economía y la burguesía francesas, los límites de la declaración universal de los derechos humanos bajo las condiciones del capitalismo colonial, y además es un estudio de las estrategias revolucionarias que señala al presente y al futuro de las luchas anticoloniales y anticapitalistas.

James describe la revolución en Haití como resultado de la sociedad esclavista racializada de la colonia francesa, la cual se dividía en tres clases: los esclavos, sus amos blancos y propietarios de las plantaciones, y los negros libres así como los "gens de couleur" (hijos de matrimonios blancos y negros). Esta sociedad se encontraba estabilizada por una economía colonial totalmente orientada a la exportación de materias primas -sobre todo la caña de azúcar- para su transformación en Francia y viceversa, como mercado de consumo de las mercancías de la "madre patria". La sociedad libre de Haití (incluyendo a las "gens de couleur" nacidos libres) era próspera, pero la creciente burguesía francesa se beneficiaba aún más del comercio de esclavos. James mantiene: "El comercio de esclavos y la esclavitud constituyeron la base económica de la revolución francesa".

Al mismo tiempo, la idea de los derechos humanos universales también provocó una revolución en Haití, que a su vez suscitó fuertes debates entre los revolucionarios franceses sobre la abolición de la esclavitud. En Haití, las tres clases luchaban entre sí y formaron diferentes alianzas. En 1794, los revolucionarios haitianos consiguieron finalmente que la Asamblea Nacional francesa suprimiera la esclavitud en los territorios de soberanía francesa. Los propietarios de las plantaciones blancas pidieron ayuda a Estados Unidos y a Gran Bretaña, por lo que los acontecimientos en Haití adquirieron rápidamente una dimensión global. Toussaint Louverture (1743-1803), el famoso líder del levantamiento, se alió con el ejército revolucionario francés que debía imponer la abolición de la esclavitud y defender la isla de los invasores británicos. Pero al hacerlo, también se subordinó a una relación colonial con Francia. Esto y la oposición autoritaria de Francia a las demandas más radicales de la izquierda (como la reforma agraria y la reforma del sistema de plantaciones) lo convirtieron para James en la figura trágica de la revolución. Los radicales respondieron a la reintroducción de la esclavitud por parte de Napoleón y a la detención y deportación de Toussaint con la declaración de independencia y otra exitosa guerra de independencia.

Momento comprimido

El núcleo del libro es el análisis de esta dinámica revolucionaria. En la primera versión, escrita en 1938, James situaba a Toussaint Louverture en el centro; en la segunda edición de 1963, y aún más en una conferencia pronunciada en 1971, acotó su importancia, afirmando que si volvía a escribir el libro, adoptaría más la perspectiva de las "masas". Uno de los pasajes centrales del libro es el comentario del general francés Leclerc tras la detención de Toussaint: "No basta con apartar a Toussaint; hay 2.000 dirigentes que también deben ser eliminados". Esos 2.000 líderes, dijo James en 1971, pertenecían al centro de la historia. Pero ya en 1938, James se había interesado por Toussaint no como el "gran hombre" de la historia, como el actor y dirigente genial, sino como la expresión y compresión de un momento histórico hegeliano. Los actores de la narración fueron siempre las "masas" de Haití, por cuya dinámica revolucionaria se vio superado el propio Toussaint.

El hecho de que el libro no haya perdido nada de su actualidad hasta el día de hoy se debe también a su poder narrativo: James, autor versátil, había tratado primero el tema como una obra de teatro. Pero lo más importante es que su proyecto ha sido retomado una y otra vez: por un lado, para fundamentar las teorías de las luchas anticoloniales y antirracistas en términos marxistas, y por otro, para mantener que un análisis histórico-materialista del capitalismo debe incluir la esclavitud y la economía colonial. Con ello, la obra también resiste las lecturas postcoloniales de James como "más críticas del marxismo que propias de un marxista", tal y como fueron conocidas desde la década de 1980.

Hoy, como muestra no solo la nueva edición alemana, sino también una serie de escritos de James y de obras sobre él publicadas por Duke University Press, se vuelve a hacer hincapié en el materialismo de James y en su método histórico, formado en Hegel, Lenin y Trotsky, un énfasis totalmente acorde con el James-autor. Este método histórico permitió a James demostrar, en contra de las ideas predominantes del progreso lineal de la historia, incluso entre los marxistas, que sociedades como la haitiana en vísperas de la revolución no eran en absoluto "atrasadas" o "primitivas", sino que combinaban elementos de estructuras sociales precapitalistas con elementos genuinamente modernos, cada uno de ellos de forma específica, parecido a lo que Trotsky había descrito de la sociedad rusa en vísperas de la revolución, o Gramsci para la italiana.

"Texto activo"

Este análisis, como bien sabía James, es importante no solo por su investigación histórica, sino también para la política contemporánea anticolonial y revolucionaria. En la nueva edición, Philipp Dorestal señala este detalle importante. Stuart Hall calificó el libro de "texto activo" por su significado práctico para la política revolucionaria contemporánea, que se lee, pero también al que se recurre una y otra vez en nuevos contextos.

La historia de los "jacobinos negros" está, pues, estrechamente ligada a las coyunturas de los movimientos sociales e intelectuales de izquierda del siglo pasado. Escrito en el contexto del ascenso del fascismo en Europa, la movilización panafricana contra la invasión italiana de Etiopía en 1935 y los primeros grandes levantamientos de trabajadores en las colonias, incluida la Trinidad natal de James en 1937. El libro fue retomado primero por activistas anticoloniales y trotskistas británicos, y luego redescubierto por una nueva generación de antirracistas estadounidenses y británicos después de la Segunda Guerra Mundial.

Influyó en los fundadores de la "historia desde abajo" y de los Cultural Studies en Gran Bretaña, así como en los de la antropología marxista en Estados Unidos. Había un ejemplar en la biblioteca de Frantz Fanon, y Martin Luther King le pidió directamente a James una copia. En Sudáfrica, los miembros del Congreso Panafricano mecanografiaron fragmentos del libro y los redistribuyeron. Era una lectura recomendada en las conferencias panafricanas. Kwame Nkrumah, Jomo Kenyatta y el historiador y posterior primer ministro de Trinidad y Tobago Eric Williams - autor de un libro igualmente influyente sobre el vínculo entre la esclavitud y el capitalismo y todavía muy amigo de James e influenciado por él en aquella época - fueron los primeros lectores. James los criticaría luego a los tres como descendientes de Toussaint, es decir, por luchar finalmente contra las revoluciones que éstos habían liderado en un principio. Al igual que Frantz Fanon, James veía el problema de la pertenencia de clase de aquellos que dirigían los movimientos de liberación nacional: "Fanon decía: cuando se hace una revolución en un país subdesarrollado, los que la hacen son algunos intelectuales y dirigentes políticos. Pero cuando triunfa la revolución, entonces hay que dirigir la lucha contra los que hicieron la revolución".

La investigación de James de la revolución haitiana se nutre de su activismo político en la izquierda trotskista, del movimiento anticolonial internacional y de la cuestión del potencial de las revoluciones contemporáneas y futuras. No es casualidad que "Los jacobinos negros" empiece y termine en África. Aquí, para James, se encuentra una de las semillas de una situación revolucionaria renovada. Pero no redujo sus análisis a esto. Simultáneamente a su historia de la revolución en Haití, James escribió no solo una de las primeras historias de la Internacional Comunista y su fracaso ("World Revolution, 1917-1936"), sino también una historia global de la resistencia negra ("A History of Pan-African Revolt"). La revolución haitiana forma parte, pues, de una historia universal: geográficamente global por su impacto contemporáneo, históricamente universal como parte de una historia de las revoluciones, como un momento histórico cuya compresión y dinámicas deben ser estudiadas.

Robert Heinze
es un historiador especializado en la historia contemporánea de África. Investiga en el Instituto Histórico Alemán de París (DHIP) y ha escrito para jW en otras ocasiones.

Fuente:
https://www.jungewelt.de/artikel/421048.antikolonialismus-und-marxismus-...

Traducción:
Jaume Raventós



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