Vinómics son un conjunto de cómics que se inspiran en el mundo del vino. Piezas cortas de diferentes géneros narrativos y estilos gráficos: vivencia autobiográfica, humor cotidiano, parodia cinematográfica, género negro, drama de época, relato erótico, ensayo gráfico y hasta ciencia ficción. Un sorprendente y delicioso maridaje de cómic y vino. Un verdadero tributo del noveno arte hacia una bebida social, un territorio vinícola y una tradición que nos trajeron las civilizaciones clásicas a través del Mediterráneo.
Algunos de los mejores artistas del país han elaborado este mosaico narrativo con los colores del vino: Alberts Monteys, Deamo Bros, Manel Fontdevila, Oriol Malet, Sagar, Maribel Carod, David Morancho, Miguel Gallardo, Jaime Martín, Bea Tormo, Raule, Roger Ibáñez, Àlex Roca, Andrés Palomino, Ana Belén Rivero, Martín Tognola y Jorge Carrión. Un proyecto coordinado por Raúl Deamo.

Vinómics son un conjunto de cómics que se inspiran en el mundo del vino. Piezas cortas de diferentes géneros narrativos y estilos gráficos: vivencia autobiográfica, humor cotidiano, parodia cinematográfica, género negro, drama de época, relato erótico, ensayo gráfico y hasta ciencia ficción. Un sorprendente y delicioso maridaje de cómic y vino. Un verdadero tributo del noveno arte hacia una bebida social, un territorio vinícola y una tradición que nos trajeron las civilizaciones clásicas a través del Mediterráneo.
Algunos de los mejores artistas del país han elaborado este mosaico narrativo con los colores del vino: Alberts Monteys, Deamo Bros, Manel Fontdevila, Oriol Malet, Sagar, Maribel Carod, David Morancho, Miguel Gallardo, Jaime Martín, Bea Tormo, Raule, Roger Ibáñez, Àlex Roca, Andrés Palomino, Ana Belén Rivero, Martín Tognola y Jorge Carrión. Un proyecto coordinado por Raúl Deamo.

Acompañada de Yolanda Rodríguez.
A pesar de compartir género y ciudad en la Cataluña finisecular y de comienzos del siglo XX, es muy posible que Rafaela Torrents y Teresa Claramunt nunca se cruzaran la vista. Les separaba la pertenencia a dos grupos sociales a los que representan de manera ejemplar.
Detrás de Rafaela encontramos a esa bruguesía aristrocratizada que viene amasando grandes fortunas procedents de una Cuba esclavizada. Teresa, por su parte, empieza a trbajar en la fábrica textil a los diez años para poder sobrevivir. Vidas y mundos paralelos, y enfrententados, porque los beneficios de los que goza una son fruto del trabajo de la otra y de muchos otros como ella.
La historiadora Laura Vicente es ya sobradamente conocida por su tarea científica en el campo de los movimientos sociales, el estudio sobre la mujer y el pensamiento libertario pero aquí va un paso más allá. Sin renunciar al rigor del oficio (todo lo que se cuenta en este texto es´ta debidamente documentado), sabe construir con amenidad el cruce de dos biografías situadas en sus respectivos ambientes. El lector es invitado a visitar distintas ciudades, variados ecenarios y hasta el corazón de las protagonistas para lo que la autora se sirve de la correspondencia conservada.
No es un aparadoja: el concepto de clase, hay tan denostado, queda aquí reivindicado a la vez que se aprecia, en un mundo patriarcal, la autonomía de ambas mujeres cuyo horizonte está labrado, además de por la cuna, por su propia conciencia didividual.

A pesar de compartir género y ciudad en la Cataluña finisecular y de comienzos del siglo XX, es muy posible que Rafaela Torrents y Teresa Claramunt nunca se cruzaran la vista. Les separaba la pertenencia a dos grupos sociales a los que representan de manera ejemplar.
Detrás de Rafaela encontramos a esa bruguesía aristrocratizada que viene amasando grandes fortunas procedents de una Cuba esclavizada. Teresa, por su parte, empieza a trbajar en la fábrica textil a los diez años para poder sobrevivir. Vidas y mundos paralelos, y enfrententados, porque los beneficios de los que goza una son fruto del trabajo de la otra y de muchos otros como ella.
La historiadora Laura Vicente es ya sobradamente conocida por su tarea científica en el campo de los movimientos sociales, el estudio sobre la mujer y el pensamiento libertario pero aquí va un paso más allá. Sin renunciar al rigor del oficio (todo lo que se cuenta en este texto es´ta debidamente documentado), sabe construir con amenidad el cruce de dos biografías situadas en sus respectivos ambientes. El lector es invitado a visitar distintas ciudades, variados ecenarios y hasta el corazón de las protagonistas para lo que la autora se sirve de la correspondencia conservada.
No es un aparadoja: el concepto de clase, hay tan denostado, queda aquí reivindicado a la vez que se aprecia, en un mundo patriarcal, la autonomía de ambas mujeres cuyo horizonte está labrado, además de por la cuna, por su propia conciencia didividual.