Debajo de la tierra, debajo del agua

Aleksandra Mizielinska, Daniel Mizielinski

««Su horizontalidad ya es juego, pues pasamos de leer con el libro apoyado en nuestras rodillas a no poder más que echarnos sobre él, y de alguna manera esta postura nos vuelve más curiosos, más observadores. Cada una de sus páginas nos invaden con datos pero es una invasión placentera, de la que pides más. El color también nos cuenta, y si abrimos el libro en una página al azar sabríamos a primer golpe de vista si estamos en los confines del océano o buscando el camino para llegar al centro de la tierra.»» Leer la ciencia